“EL
FOTÓGRAFO DEL PÁNICO” (1960) de Michael Powell.
Ficha
técnica:
Director:
Michael Powell.
Cast
: Carl Bohm (Mark) , Moira Shearer (Vivian), Anna Massey (Helen
Stephens), Brenda Bruce (Dora), Esmond Night (Arthur) ,
Martin Miller (Dr . Rossen), Jack Watson (Inspector Gregg).
Shirley
A. Field (Pauline)
Fotografia
: Otto Heller. Música: Brian Easdale. Montaje : Noreen
Ackland. Producción: Albert Fennell y Michael Powell.Color.
Duración: 101 minutos. Gran Bretaña.1959.
SINOPSIS:
Mark Lewis es un joven y apuesto fotógrafo que en sus ratos
libres da rienda suelta a una perversa obsesión personal:
Fotografiar mujeres mientras las asesina con el objetivo de captar
con su cámara la expresión de puro pánico de las víctimas , justo
antes de asesinarlas. Para ello utiliza un trípode cuyo “pie”
frontal de apoyo es nada menos que un perfecto y afilado pincho o
lanza.
COMENTARIO:
-
El fotógrafo
del pánico, oculta tras esta sencilla premisa ,la que en mi opinión
es una de las grandes obras maestras del terror británico de todos
los tiempos.
Un
film que en todo momento versa sobre el “mirar” , es decir ,
sobre el ejercicio puro acerca de lo que es el cine. Observar sentado
en una butaca las imágenes en las que participan otros. Para muchos
el cine es un acto de voyeurismo “artístico” o si queremos
“intelectual” donde el espectador observa sin riesgos ,
participando de las acciones que observa en la mágica pantalla de la
sala a oscuras.
En
ese aspecto lo que sin duda tenemos también aquí es una película
que habla sobre el propio y mismo “cine”.
No
es en absoluto esta la primera película (ni siquiera dentro del
género) donde se trata este tema. En absoluto. Ahí tenemos de hecho
grandísimos antecedentes como la igualmente magistral “La ventana
indiscreta” (1954) del siempre grande maestro Hitchcock. - Lo cual
no deja de ser curioso, ya que ambos films se gestaron en la misma
década y ambos son de origen británico. –
Sin
embargo ninguna película trató el tema con la misma implicación
que “El fotógrafo..” llevándolo tan lejos y prácticamente
hasta las últimas consecuencias.
Ya
su título original (“Peeping Tom” , el mirón de la leyenda de
Lady Godiva) deja claras las referencias e intenciones de este
magistral film. Que de hecho comienza con el primerísimo primer
plano de un ojo. La introducción de ese elemento encadena casi de
inmediato con el de la calle donde el protagonista prepara su cámara
bajo la gabardina en lo que parece casi la artimaña de un periodista
que va a realizar una sesión o reportaje de cámara oculta, y ni
corto ni perezoso se acerca a una prostituta a la que pide un
servicio y finalmente asesina (fuera de cámara) dejándonos como
último plano pre-creéditos el rostro de verdadero pánico
traumático de la muchacha, que ve acercarse a su “voyeur asesino”.
Dicho proceso es grabado en cámara subjetiva por el protagonista con
una paradójica “objetividad documental” y cuyas imágenes son
reproducidas y visionadas a su vez por el mismo Mark , en su estudio,
donde se recrea en su “obra” audiovisual como un director de cine
lo haría tras contemplar su obra filmada.
La
película completa podría decirse que gira en torno a 3 elementos
claves : OJO-CÁMARA-MIEDO (a la oscuridad, a los insectos, a la
violencia, a la muerte..) y sobre estos tres elementos primordiales
gira en básicamente todo momento. De hecho existen muy
numerosos guiños, y referencias a estos elementos a lo largo de una
trama que es verdaderamente digna de análisis.
A
lo largo de la historia (la cual avanza con un ritmo pausado y
apoyándose en buena medida en las interpretaciones) vamos
descubriendo como el aparentemente dubitativo y tímido Mark entabla
relación con una mujer joven que vive con su madre, la cual es una
anciana invidente .
Impagable
es la escena en donde a pesar de que la anciana no puede ver, intuye
perfectamente la presencia de Mark detrás suyo en la misma
habitación y hace amago de girar la cabeza para “Mirarle” , lo
cual parece incomodar bastante al psicótico protagonista. Aquí por
ejemplo asistimos de nuevo a una impagable metáfora que vuelve a
hacer hincapié en el elemento de lo “visual” , en este caso la
ausencia de vista de la mujer, para mostrar una secuencia
apabullantemente cinematográfica y muy bien resuelta mediante planos
de cámara sencillos y que insinúan más que muestran , como el
resto del filme.
Otra
de las secuencias que merecen una mención especial es aquella en la
que se ve a un grupo de periodistas que fotografían a
una víctima de muerte violenta en plena calle . El protagonista
(habiendo logrado el director ya cierta empatía o mimetismo del
espectador para con él) se dedica a grabar la escena de lejos , con
toda la multitud, registrando los rostros de angustia de los testigos
del suceso , como si estuviese rodando una historia de ficción,
desde el exterior y casi sin implicarse de manera directa en el
suceso. Algo realmente brillante y que nos da otra pista definitiva
de las pretensiones de un Powell en plena forma.
La
película utiliza con frecuencia los planos abiertos y casi teatrales
para mostrarnos la situación de las escenas en contraposición con
los planos cerrados que suelen ser grabados por el protagonista con
su cámara de cine. Con colores muy llamativos y vivos en los
decorados , y muchas veces haciendo usos de platós y estudios
de fotografía (donde trabaja Mark) como escenario de la acción,
resaltando ese aspecto de teatralidad y “artificialidad de algunos
momentos.
La
interpretación del actor de origen alemán Karl Bohm , recreando el
carácter psicótico y obsesivo del protagonista resulta más que
correcto, casi transformando su conducta y facciones cuando su
personaje agarra una cámara y se dispone a fotografiar a una mujer
con ella.
El
film incluso contiene una secuencia en la que el protagonista , en un
intento de mostrarle su obsesión a la joven de la que se enamora ,
le muestra una proyección de si mismo ,en un viejo video , cuando
solo era un niño . Siendo asustado y grabado por su padre (que
poseía el mismo afán de fotografiar el miedo) el cual deja que un
reptil tipo “gecko” se pasee por la cama de su atemorizado
retoño, que llora en plena noche. Ese mismo momento es
utilizado por Mark , para captar la expresión de desagrado y
disgusto de la joven mientras observa las desagradables imágenes que
de si mismo captó su padre, en lo que resulta ser un magistral y
verdadero ejercicio de “mimetismo” ,el cual se resuelve
cuando por último , el propio Mark aparece en las imágenes, de niño
pero algo más mayor, portando por primera vez la cámara que le es
entregada por su progenitor y filmando con ella. .
Los
diálogos, y escenas de conversación están presentes en todo
momento, pero ninguna de ellas está realmente de más ni da la
impresión de “relleno” , muy al contrario. Estas escenas sirven
como introducción a los diferentes momentos álgidos que están
presentes durante todo el tiempo, a lo largo del film.
-Lo
más cercano al concepto de Snuff:
Quizás
también sea esta uno de los primeros acercamientos del cine de
género al concepto de “Snuff” de una manera un tanto encubierta
, al mismo tiempo que perfectamente patente. El hecho de filmar la
muerte de alguien con una cámara , aunque aquí finalmente el
objetivo sea la captación del miedo en su grado máximo , no deja de
resultar una similitud con respecto al hecho de captar la muerte y la
violencia con intenciones morbosas, lo cual puede desprenderse de la
fascinación casi onanista del fotógrafo en su contemplación de las
imágenes que previamente ha filmado.
En
ese sentido podemos decir que la influencia de “El fotógrafo del
pánico” sobre una gran parte (al menos) del cine de género
posterior es definitiva, y esto está avalado por la gran cantidad de
títulos que de una u otra manera lo referencian.
Es
difícil saber si hoy dia tendríamos una “Tesis” o una
“Asesinato en 8 mm” si no hubiera existido “Peeping Tom”,
pero lo que si podríamos decir casi con total seguridad es que films
como “Holocausto caníbal”, “La tarea” , “Hermanas”,
“Dias extraños” y muchas otras películas que han recibido una
reconocida influencia de este clásico , no habrían sido lo mismo.
-¿La
sombra de Arthur Fellig?:
Aunque
no tenemos datos ni referencias claras , lo cierto es que se podría
decir que la figura del legendario fotógrafo de sucesos fue casi con
toda seguridad tenída en cuenta por Powell a la hora de plantear
ciertas escenas y la línea conceptual en la que se mueve su
protagonista durante el film. No solo por el hecho de que ambos
(película y personaje real) fueran coetáneos , sino también porque
la idea de la “filmación de la muerte” parece una constante que
de alguna manera relacionan ambas cosas. Aunque evidentemente en
ningún momento podamos afirmar ni una cosa ni la contraria.
Tanto
si la respuesta es afirmativa como si no, lo cierto es que es casi
imposible evitar la comparativa entre las figuras de Mark (ficción)
y lo que parece su alter ego en la vida real : Fellig. Salvando por
supuesto toda licencia y particularidad en el carácter de ambos que
evidentemente no tiene nada que ver y que vendría en el caso de la
psicopatía y sadismo, un añadido de Powell para su obra magna.
-
“Lo
que no es captado por la cámara!”.
Una
de las máximas del periodismo y los medios de comunicación de masas
es “Aquello que no aparece en los medios no existe”.
De
la misma manera en este filme parece vislumbrarse a una referencia a
esas teorías que el mundo audiovisual siempre ha mantenido , en
tanto y en cuanto la cámara resulta ser un elemento clave en la
historia, y no solo para la trama principal, sino en todas las
“muletillas visuales” que vamos viendo a lo largo del metraje y
que comienzan por mostrarnos a Mark como “el que maneja la cámara
y capta con ella” y que al final prácticamente da la sensación de
ser la propia cámara (El poder de la imagen) lo que posee a Mike
como un fantasma o demonio y le obliga a filmar con ella.
Al
final , tenemos otra escena memorable que nos hace pensar en esta
posibilidad cuando Mark, enamorado de la muchacha y tratando de
anteponerse a sus impulsos de filmar su muerte decide grabarse a si
mismo, y que de esta manera la cámara “capte su esencia y su alma”
y lo mate a él en lugar de a la joven.
En
esta especie de correlación continuada de elementos el final del
film (no revelaremos que sucede aunque pueda ser obvio) es de
lo más coherente y parece cerrar con sinceridad y maestría el
círculo vicioso de la cinta.
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