miércoles, 6 de mayo de 2020

“EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO” (1960)


EL FOTÓGRAFO DEL PÁNICO” (1960) de Michael Powell.
Ficha técnica:
Director: Michael Powell.
Cast : Carl Bohm (Mark) , Moira Shearer (Vivian), Anna Massey (Helen Stephens),  Brenda Bruce  (Dora), Esmond Night (Arthur) , Martin Miller (Dr . Rossen),  Jack Watson (Inspector Gregg). Shirley A. Field (Pauline)
Fotografia : Otto Heller.  Música: Brian Easdale. Montaje : Noreen Ackland. Producción: Albert Fennell y Michael Powell.Color.  Duración: 101 minutos.  Gran Bretaña.1959.
SINOPSIS: Mark Lewis es un joven y apuesto fotógrafo que en sus ratos libres da rienda suelta a una perversa obsesión personal: Fotografiar mujeres mientras las asesina con el objetivo de captar con su cámara la expresión de puro pánico de las víctimas , justo antes de asesinarlas. Para ello utiliza un trípode cuyo “pie” frontal de apoyo es nada menos que un perfecto y afilado pincho o lanza.


 COMENTARIO:

-          El fotógrafo del pánico, oculta tras esta sencilla premisa ,la que en mi opinión es una de las grandes obras maestras del terror británico de todos los tiempos.
Un film que en todo momento versa sobre el “mirar” , es decir , sobre el ejercicio puro acerca de lo que es el cine. Observar sentado en una butaca las imágenes en las que participan otros. Para muchos  el cine es un acto de voyeurismo “artístico” o si queremos “intelectual” donde el espectador observa sin riesgos , participando de las acciones que observa en la mágica pantalla de la sala a oscuras.
En ese aspecto lo que sin duda tenemos también aquí es una película que habla sobre el propio y mismo “cine”.

No es en absoluto esta la primera película (ni siquiera dentro del género) donde se trata este tema. En absoluto. Ahí tenemos de hecho grandísimos antecedentes como la igualmente magistral “La ventana indiscreta” (1954) del siempre grande maestro Hitchcock. - Lo cual no deja de ser curioso, ya que ambos films se gestaron en la misma década y ambos son de origen británico. –
Sin embargo ninguna película trató el tema con la misma implicación que “El fotógrafo..” llevándolo tan lejos y prácticamente hasta las últimas consecuencias.
Ya su título original (“Peeping Tom” , el mirón de la leyenda de Lady Godiva) deja claras las referencias e intenciones de este magistral film. Que de hecho comienza con el primerísimo primer plano de un ojo. La introducción de ese elemento encadena casi de inmediato con el de la calle donde el protagonista prepara su cámara bajo la gabardina en lo que parece casi la artimaña de un periodista que va a realizar una sesión o reportaje de cámara oculta, y ni corto ni perezoso se acerca a una prostituta a la que pide un servicio y finalmente asesina (fuera de cámara) dejándonos como último plano pre-creéditos el rostro de verdadero pánico traumático de la muchacha, que ve acercarse a su “voyeur asesino”. Dicho proceso es grabado en cámara subjetiva por el protagonista con una paradójica “objetividad documental” y cuyas imágenes son reproducidas y visionadas a su vez por el mismo Mark , en su estudio, donde se recrea en su “obra” audiovisual como un director de cine lo haría tras contemplar su obra filmada.
La película completa podría decirse que gira en torno a 3 elementos claves : OJO-CÁMARA-MIEDO (a la oscuridad, a los insectos, a la violencia, a la muerte..) y sobre estos tres elementos primordiales gira en básicamente todo momento.  De hecho existen muy numerosos guiños, y referencias a estos elementos a lo largo de una trama que es verdaderamente digna de análisis.
A lo largo de la historia (la cual avanza con un ritmo pausado y apoyándose en buena medida en las interpretaciones) vamos descubriendo como el aparentemente dubitativo y tímido Mark entabla relación con una mujer joven que vive con su madre, la cual es una anciana invidente .
 Impagable es la escena en donde a pesar de que la anciana no puede ver, intuye perfectamente la presencia de Mark detrás suyo en la misma habitación y hace amago de girar la cabeza para “Mirarle” , lo cual parece incomodar bastante al psicótico protagonista. Aquí por ejemplo asistimos de nuevo a una impagable metáfora que vuelve a hacer hincapié en el elemento de lo “visual” , en este caso la ausencia de vista de la mujer, para mostrar una secuencia apabullantemente cinematográfica y muy bien resuelta mediante planos de cámara sencillos y que insinúan más que muestran , como el resto del filme.
Otra de las secuencias que merecen una mención especial es aquella en la que se ve  a  un grupo de periodistas que fotografían a una víctima de muerte violenta en plena calle . El protagonista (habiendo logrado el director ya cierta empatía o mimetismo del espectador para con él) se dedica a grabar la escena de lejos , con toda la multitud, registrando los rostros de angustia de los testigos del suceso , como si estuviese rodando una historia de ficción, desde el exterior y casi sin implicarse de manera directa en el suceso. Algo realmente brillante y que nos da otra pista definitiva de las pretensiones de un Powell en plena forma.

La película utiliza con frecuencia los planos abiertos y casi teatrales para mostrarnos la situación de las escenas en contraposición con los planos cerrados que suelen ser grabados por el protagonista con su cámara de cine. Con colores muy llamativos y vivos en los decorados , y muchas veces haciendo usos de platós  y estudios de fotografía (donde trabaja Mark) como escenario de la acción, resaltando ese aspecto de teatralidad y “artificialidad de algunos momentos.

La interpretación del actor de origen alemán Karl Bohm , recreando el carácter psicótico y obsesivo del protagonista resulta más que correcto, casi transformando su conducta y facciones  cuando su personaje agarra una cámara y se dispone a fotografiar a una mujer con ella.

El film incluso contiene una secuencia en la que el protagonista , en un intento de mostrarle su obsesión a la joven de la que se enamora , le muestra una proyección de si mismo ,en un viejo video , cuando solo era un niño . Siendo asustado y grabado por su padre (que poseía el mismo afán de fotografiar el miedo) el cual deja que un reptil tipo “gecko” se pasee por la cama de su atemorizado retoño, que llora en plena noche.  Ese mismo momento es utilizado por Mark , para captar la expresión de desagrado y disgusto de la joven mientras observa las desagradables imágenes que de si mismo captó su padre, en lo que resulta ser un magistral y  verdadero ejercicio de “mimetismo” ,el cual se resuelve cuando por último , el propio Mark aparece en las imágenes, de niño pero algo más mayor, portando por primera vez la cámara que le es entregada por su progenitor y filmando con ella. .

Los diálogos, y escenas de conversación están presentes en todo momento, pero ninguna de ellas está realmente de más ni da la impresión de “relleno” , muy al contrario. Estas escenas sirven como introducción a los diferentes momentos álgidos que están presentes durante todo el tiempo, a lo largo del film.


-Lo más cercano al concepto de Snuff:

Quizás también sea esta uno de los primeros acercamientos del cine de género al concepto de “Snuff” de una manera un tanto encubierta , al mismo tiempo que perfectamente patente. El hecho de filmar la muerte de alguien con una cámara , aunque aquí finalmente el objetivo sea la captación del miedo en su grado máximo , no deja de resultar una similitud con respecto al hecho de captar la muerte y la violencia con intenciones morbosas, lo cual puede desprenderse de la fascinación casi onanista del fotógrafo en su contemplación de las imágenes que previamente ha filmado.

En ese sentido podemos decir que la influencia de “El fotógrafo del pánico” sobre una gran parte (al menos) del cine de género posterior es definitiva, y esto está avalado por la gran cantidad de títulos que de una u otra manera lo referencian.

Es difícil saber si hoy dia tendríamos una “Tesis” o una “Asesinato en 8 mm” si no hubiera existido “Peeping Tom”, pero lo que si podríamos decir casi con total seguridad es que films como “Holocausto caníbal”, “La tarea” , “Hermanas”, “Dias extraños” y muchas otras películas que han recibido una reconocida influencia de este clásico , no habrían sido lo mismo.

-¿La sombra de Arthur Fellig?:

Aunque no tenemos datos ni referencias claras , lo cierto es que se podría decir que la figura del legendario fotógrafo de sucesos fue casi con toda seguridad tenída en cuenta por Powell a la hora de plantear ciertas escenas y la línea conceptual en la que se mueve su protagonista durante el film. No solo por el hecho de que ambos (película y personaje real) fueran coetáneos , sino también porque la idea de la “filmación de la muerte” parece una constante que de alguna manera relacionan ambas cosas. Aunque evidentemente en ningún momento podamos afirmar ni una cosa ni la contraria.

Tanto si la respuesta es afirmativa como si no, lo cierto es que es casi imposible evitar la comparativa entre las figuras de Mark (ficción) y lo que parece su alter ego en la vida real : Fellig. Salvando por supuesto toda licencia y particularidad en el carácter de ambos que evidentemente no tiene nada que ver y que vendría en el caso de la psicopatía y sadismo, un añadido de Powell para su obra magna.
 
-          Lo que no es captado por la cámara!”.

Una de las máximas del periodismo y los medios de comunicación de masas es “Aquello que no aparece en los medios no existe”.
De la misma manera en este filme parece vislumbrarse a una referencia a esas teorías que el mundo audiovisual siempre ha mantenido , en tanto y en cuanto la cámara resulta ser un elemento clave en la historia, y no solo para la trama principal, sino en todas las “muletillas visuales” que vamos viendo a lo largo del metraje y que comienzan por mostrarnos a Mark como “el que maneja la cámara y capta con ella” y que al final prácticamente da la sensación de ser la propia cámara (El poder de la imagen) lo que posee a Mike como un fantasma o demonio y le obliga a filmar con ella.

Al final , tenemos otra escena memorable que nos hace pensar en esta posibilidad cuando Mark, enamorado de la muchacha y tratando de anteponerse a sus impulsos de filmar su muerte decide grabarse a si mismo, y que de esta manera la cámara “capte su esencia y su alma” y lo mate a él en lugar de a la joven.
En esta especie de correlación continuada de elementos el final del film (no revelaremos que sucede aunque pueda ser obvio)  es de lo más coherente y parece cerrar con sinceridad y maestría el círculo vicioso de la cinta.






No hay comentarios:

Publicar un comentario